miércoles, 12 de junio de 2013

Kitsch


El tema Kitsch, sí, ese limbo que puede o no ser considerado arte, que puede ser odiado y amado, que oscila entre lo pasado de moda y lo de mal gusto, que puede ser tomado con ironía o buen humor y que, según la perspectiva desde donde se mire, puede ser altamente apreciado.

Lo Kitsch es más común de lo que creemos, es parte de nuestra cultura popular.
La palabra kitsch se origina del término alemán “etwas Verkitschen”. Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. El kitsch es algo más que un movimiento decorativo. No existe ninguna palabra en castellano que sea sinónimo de este término, sin embargo lo que encierra el significado es una expresión artística que surge de la necesidad de expresar la felicidad de una clase media, sin grandes metas intelectuales. Lo kitsch se limita a buscar el placer por la ostentación y por el derroche de formas y colores. Fruto del consumismo, esta tendencia está totalmente en contra de lo funcional.
La moda kitsch en la decoración no ha aparecido como un hecho aislado y tampoco es un fenómeno actual. Aunque, hay que reconocer que en este momento se encuentra en la cresta de la ola, sobre todo, por ese cierto “revivir del retro y la cultura pop”.
El verdadero kitsch, o el kitsch del pasado, no era realmente intencional, sino que se daba con el tiempo. El hecho de que esta corriente esté tan de moda ha provocado la obsesión de algunos fans de lo kitsch por crear ambientes que sigan sus directrices. El problema es que el amontonamiento de objetos no es precisamente lo que se busca, más bien es el paso de los años lo que hace que esos recuerdos tengan que ser almacenados en algún rincón de la casa, pero ese es el encanto de esta tendencia ahora: combinar, mezclar y hacer todo tipo de disparates. Los objetos no carecen de atractivo individualmente, pero el conjunto parece dañar las leyes de la continuidad y del buen gusto para algunos, ¿cuál es tu caso?
Según Abraham Moles, en su obra El Kitsch, el arte de la felicidad: “ Kitsch es todo aquello antónimo de lo funcional y absolutamente autocomplaciente.”
Esto se traduce en centros de mesa llenos de figuritas sin ninguna relación entre ellas, violetas sobre fondos dorados, una amalgama de formas y colores difícilmente combinables.
Es frecuente encontrar en la mayoría de nuestras casas cientos de recordatorios de eventos familiares como primeras comuniones, bodas y bautizos combinados con los adornos más vanguardistas. No hay nadie más kitsch que un ama de casa de clase media y seguramente, son las mayores propulsoras e inventoras de esta forma de decoración, o ¿me vas a decir que tú abuela, tú mamá o tú vecina se salvan?


No hay comentarios.:

Publicar un comentario