miércoles, 28 de agosto de 2013

Victor Hugo


(Besançon, Francia, 1802 - París, 1885) Escritor francés. La infancia de Victor Hugo transcurrió en Besançon, salvo dos años (1811-1812) en que residió con su familia en Madrid, donde su padre había sido nombrado comandante general. De temprana vocación literaria, ya en 1816 escribió en un cuaderno escolar: «Quiero ser Chateaubriand o nada».
En 1819 destacó en los Juegos Florales de Toulouse y fundó el Conservateur littéraire, junto con sus hermanos Abel y Eugène, pero su verdadera introducción en el mundo literario se produjo en 1822, con su primera obra poética: Odas y poesías diversas. En el prefacio de su drama Cromwell (1827) proclamó el principio de la «libertad en el arte», y definió su tiempo a partir del conflicto entre la tendencia espiritual y el apresamiento en lo carnal del hombre.
Pronto considerado como el jefe de filas del Romanticismo, el virtuosismo de Victor Hugo se puso de manifiesto en Las Orientales (1829), que satisfizo el gusto de sus contemporáneos por el exotismo oriental. La censura de Marion Delorme retrasó su aparición en la escena teatral hasta el estreno deHernani (1830), obra maestra que triunfó en la Comédie Française.
En 1830 inició una fase de singular fecundidad literaria, en la cual destacaron, además de distintos libros de poesía, su primera gran novela, Nuestra Señora de París, y el drama Ruy Blas. En 1841 ingresó en la Academia Francesa pero, desanimado por el rotundo fracaso de Los burgraves, abandonó el teatro en 1843. La muerte de su hija Léopoldine, acaecida mientras él estaba de viaje, sumada al desengaño por la traición de su esposa con su amigo Sainte-Beuve, lo sumieron en una honda crisis.
Entregado a una actividad política cada vez más intensa, Victor Hugo fue nombrado par de Francia en 1845. Pese a presentarse a las elecciones de 1848 en apoyo de la candidatura de Luis Napoleón Bonaparte, sus discursos sobre la miseria, los asuntos de Roma y la ley Falloux anticiparon su ruptura con el Partido Conservador. El 17 de julio de 1851 denunció las ambiciones dictatoriales de Luis Napoleón y, tras el golpe de Estado, huyó a Bélgica. Si bien es cierto que no publicó ninguna obra entre 1843 y 1851, concibió su novela Los miserables y compuso numerosos poemas que aparecieron posteriormente.
En 1852 se instaló, con su familia, en Jersey (Reino Unido), de donde pasó en 1856 a Guernesey. Allí permaneció, en su propiedad de Hauteville-House, hasta 1870. Republicano convencido, denunció sin tregua los vicios del régimen conservador de su país y en 1859 rechazó la amnistía que le ofrecía Napoleón III.
De este exilio de veinte años nacieron Los castigos, brillante sarta de poesías satíricas, la trilogía de El fin de SatánDios y La leyenda de los siglos, ejemplo de poesía filosófica, en la que traza el camino de la humanidad hacia la verdad y el bien desde la época bíblica hasta su tiempo, y su novela Los miserables, denuncia de la situación de las clases más humildes.
De vuelta a París, tras la caída de Napoleón III (1870), Victor Hugo fue aclamado públicamente y elegido diputado. Fue derrotado en los comicios siguientes, pero en 1876 obtuvo el escaño de senador de París, posición desde la que defendió la amnistía de los partidarios de la Comuna. Sin embargo, desengañado por la política, regresó a Hauteville-House (1872-1873).
El ritmo de su producción disminuía, pero su prestigio se acrecentaba sin cesar: un banquete conmemoró el quincuagésimo aniversario de Hernani; en 1881, su cumpleaños fue celebrado oficialmente y los senadores, en la tribuna, se levantaron sin excepción en su honor. A su muerte, el gobierno francés decretó un día de luto nacional y sus restos fueron trasladados al Panteón. Considerado como uno de los mayores poetas franceses, su influencia posterior sobre Baudelaire, Rimbaud e incluso Mallarmé y los surrealistas es innegable.
Algunas frases del escritor:
La melancolía es la felicidad de estar triste.
¿Qué es un envidioso? Un ingrato que detesta la luz que le alumbra y le calienta
No olvidemos jamás que lo bueno no se alcanza nunca sino por medio de lo mejor.
A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad.



lunes, 26 de agosto de 2013

Abedul (Betulla Alleghaniensis)


Planta procedente de Asia central y septentrional. Las partes que más suelen utilizarse son las hojas y la corteza. su sabor es muy amargo. Es una planta astringente.

Usos medicinales

  • Diarrea: es una de los principales astringentes.
  • Afecciones de vesícula biliar
  • Sistema urinario: ejerce una acción diurética, por lo que es útil para tratar edemas de origen cardiaco. Edemas cardiorrenales. Piedras en el riñón.
  • Eliminación de ácido úrico.
  • Exceso de colesterol
  • Fiebre: se utiliza la infusión de la corteza.
  • Antiséptico y cicatrizante de piel y mucosas, por lo que puede usarse para el tratamiento de llagas, úlceras, encías sangrantes, aftas bucales.
  • Caída del cabello: se aplica un cocimiento de hojas de abedul para prevenir la caída del cabello.
  • Reumatismo

Utilización

  • Infusión: 10-15 gramos de hojas de abedul, 1 litro de agua hirviendo y 1 gramo de bicarbonato de socio. Echar las hojas en el agua hirviendo. cuando se ha enfriado a 40 °C se echa el bicarbonato de socio y se deja macerar durante seis horas.
  • Decocción: 10 gramos de corteza o 15 gramos de hojas se mantienen en ebullición durante 10 minutos en 200 cc de agua. Se hierve a fuego lento hasta que se ha consumido la mitad del agua.
  • Extracto líquido: 5-10 gotas al día.
  • Extracto seco: 0,5-2 gramos diarios, repartidos en tres tomas.
  • Tintura madre: 4 gotas, tres veces al día.

Riesgos

No se conocen efectos secundarios ni toxicidad.

viernes, 23 de agosto de 2013

Salvador Dalí


Figueres, Gerona, 1904 - Púbol, 1989) Pintor español. Salvador Dalí nació en una madrugada de la primavera de 1904 en el seno de una familia burguesa, hijo de un notario bienpensante y de una sensible dama aficionada a los pájaros. Más tarde escribiría: "A los tres años quería ser cocinero. A los cinco quería ser Napoleón. Mi ambición no ha hecho más que crecer y ahora es la de llegar a ser Salvador Dalí y nada más. Por otra parte, esto es muy difícil, ya que, a medida que me acerco a Salvador Dalí, él se aleja de mí".
Puesto que la persecución sería incesante y el objetivo no habría de alcanzarse nunca y, dado que en ningún recodo de su biografía estaba previsto que hallara el equilibrio y la paz, decidió ser excesivo en todo, intrepretar numerosos personajes y sublimar su angustia en una pluralidad de delirios humorísticos y sórdidos. Se definió a sí mismo como "perverso polimorfo, rezagado y anarquizante", "blando, débil y repulsivo", aunque para conquistar esta laboriosa imagen publicitaria antes hubo de salvar algunas pruebas iniciáticas, y si el juego favorito de su primera infancia era vestir el traje de rey, ya hacia sus diez años, cuando se pinta como El niño enfermo, explora las ventajas de aparentar una constitución frágil y nerviosa.
Su precocidad es sorprendente: a los doce años descubre el estilo de los impresionistas franceses y se hace impresionista, a los catorce ya ha trabado conocimiento con el arte de Picasso y se ha hecho cubista y a los quince se ha convertido en editor de la revista Studium, donde dibuja brillantes pastiches para la sección titulada "Los grandes maestros de la Pintura".
En 1919 abandona su Cataluña natal y se traslada a Madrid, ingresa en la Academia de Bellas Artes y se hace amigo del gran poeta granadino Federico García Lorca y del futuro cineasta surrealista Luis Buñuel, de quien sin embargo se distanciará irreversiblemente en 1930. En la capital adopta un extraordinario atuendo: lleva los cabellos largos, una corbata desproporcionadamente grande y una capa que arrastra hasta los pies. A veces luce una camisa azul cielo, adornada con gemelos de zafiro, se sujeta el pelo con una redecilla y lo lustra con barniz para óleo. Es difícil que su presencia pase desapercibida.
En los revueltos y conflictivos meses de 1923 sufre un desafortunado contratiempo. En la Academia de Bellas Artes a la que está adscrito se producen manifestaciones en contra de un profesor, y antes de que dé comienzo el discurso oficial y se desate la violenta polémica, Salvador abandona la sala. Las autoridades creen que con este gesto ha sido él quien ha dado la señal de ataque y rebelión y deciden expulsarlo durante un año. Después, de nuevo en Figueras, los guardias vienen a detenerlo y pasa una temporada en la cárcel.
A la salida de prisión recibirá dos alegrías. La primera, una prensa para grabado que su padre le regala, y la segunda, la visita de su excelente compañero de la Residencia de Estudiantes de Madrid Federico García Lorca, quien, en las calurosas noches del verano de Cadaqués, lee a toda la familia Dalí sus versos y dramas recién compuestos. Es allí, junto al Mediterráneo, donde García Lorca redacta la célebre "Oda a Salvador Dalí", publicada unos años después, en 1929, en la Revista de Occidente. Pronto será también Luis Buñuel quien llegue a Cadaqués para trabajar con su amigo Salvador en un guión cinematográfico absolutamente atípico y del que surgirá una película tan extraña como es El perro andaluz.
En 1927 Dalí viaja por primera vez a París, pero es al año siguiente cuando se instala en la capital francesa y se une al grupo surrealista que lidera el poeta André Breton. Este último terminará expulsándolo del movimiento algunos años después, en una memorable sesión de enjuiciamiento a la que Dalí compareció cubierto con una manta y con un termómetro en la boca, aparentando ficticiamente estar aquejado de fiebre y convirtiendo así el opresivo juicio en una ridícula farsa.
La triple acusación a la que tuvo entonces que enfrentarse Dalí fue: coquetear con los fascismos, hacer gala de un catolicismo delirante y sentir una pasión desmedida e irrefrenable por el dinero. A esto precisamente alude el célebre apodo anagramático con que fue motejado por Breton, Avida dolars, acusación que lejos de desagradar al pintor le proporcionaba un secreto e irónico placer. De hecho, después de conocer a la que sería su musa y compañera durante toda su vida, Gala, entonces todavía esposa de otro surrealista, el poeta Paul Eluard, Dalí declaró románticamente: "Amo a Gala más que a mi madre, más que a mi padre, más que a Picasso y más, incluso, que al dinero."
Salvador se enamoró de Gala en el verano de 1929 y con ella gozó por primera vez de las mieles del erotismo. Es la época en que pinta Adecuación del deseoPlaceres iluminados y El gran masturbador, pintura esta última que fue atacada y desgarrada por el fanático grupo puritano los Camelots du Roy. Mientras tiene lugar una exposición de sus obras en la Galería Goemans de París, la joven y apasionada pareja se refugia y aísla en la Costa Azul, pasando los días y las noches encerrados en una pequeña habitación de un hotel con los postigos cerrados.

Dalí, un genio excéntrico
Enterado el padre de Salvador de la vida disoluta de su hijo por un artículo de Eugenio d'Ors aparecido enLa Gaceta Literaria, rompe relaciones con su vástago; pero ello no debió afectarlo demasiado, o quizás sí, puesto que es en esa época en que el artista realiza lo mejor de su obra, como el célebre cuadroPersistencia de la memoria (1931), donde blandos relojes cuelgan de la rama de un árbol, del borde de un pedestal y sobre una misteriosa forma tendida en la vasta extensión de la playa.
En 1934 viaja con su ya inseparable Gala a Estados Unidos, donde desembarca y se presenta ante los periodistas con un enorme pan cocido por el cocinero del trasatlántico que les ha transportado. En sus erráticas manifestaciones no duda en asociar el mito hitleriano con el teléfono y a Lenin con el béisbol. Son todas bromas absurdas que tratan de quitar hierro a una situación política amenazante. Dos años después se desata la atroz guerra civil en España y una de las primeras muestras de la probidad de los militares insurrectos es el infame asesinato de su amigo Federico García Lorca, crimen que conmocionó a la opinión pública internacional. Dalí escribió: "Lorca tenía personalidad para dar y vender, la suficiente para ser fusilado, antes que cualquier otro, por cualquier español."
En 1938 conoce por fin, gracias al escritor vienés Stefan Zweig, a Sigmund Freud, quien había sido el gran inspirador de la estética surrealista, de la que Dalí no se siente marginado pese a las bravatas de Breton, sino que por el contrario se considera el único y más genuino exponente. El padre del psiconálisis había dado pábulo a la nueva indagación del inconsciente con su libro La interpretación de los sueños (1900), pero nunca se había tomado demasiado en serio a sus jóvenes admiradores de París.
No obstante, el 20 de julio de 1938, tras el encuentro, Freud anotó en su diario: "Hasta entonces me sentía tentado de considerar a los surrealistas, que aparentemente me han elegido como santo patrón, como locos integrales (digamos al 95%, como el alcohol puro). Aquel joven español, con sus espléndidos ojos de fanático e innegable dominio técnico, me movió a reconsiderar mi opinión". Por su parte, el artista realizó asombrosos y alucinantes retratos del "santo patrón" de los surrealistas.
Instalado otra vez en Nueva York en 1939, Dalí acepta un encargo para decorar unos escaparates comerciales. El tema que elige es el del Día y la Noche, el primero evocado por un maniquí que se mete en una bañera peluda y la segunda, por medio de brasas y paños negros extendidos, pero la dirección modifica el decorado sin consultar al autor. Dalí, iracundo, vuelca la bañera de astracán llena de agua y la lanza contra los cristales del escaparate produciendo un gran estrépito y un notable destrozo.

A España regresó en 1948, fijando su residencia de nuevo en Port-Lligat y hallando en el régimen del general Franco toda suerte de facilidades. El gobierno incluso declaró aquel rincón catalán que tanto fascinaba al pintor "Paraje pintoresco de interés nacional". Para muchos historiadores del arte lo mejor de su obra ya había sido realizado y, sin embargo, aún le quedaban cuarenta años de caprichosa producción y de irreductible endiosamiento y exhibicionismo, con apariciones públicas del estilo de la que protagonizó en diciembre de 1955, cuando se personó en la Universidad de la Sorbona de París para dar una conferencia en un Rolls Royce repleto de coliflores. En vida del artista incluso se fundó un Museo Dalí en Figueras; ese escenográfico, abigarrado y extraño monumento a su proverbial egolatría es uno de los museos más visitados de España.
Pese a que la opinión pública norteamericana le aplaude el vigor con que ha sabido defender la propiedad intelectual, es juzgado por los tribunales y condenado a pagar los desperfectos. Tampoco consigue concluir su siguiente proyecto para decorar un pabellón de la Feria Internacional de Nueva York, el cual debía llevar el significativo título de Sueño de Venus.
Durante los años setenta, Dalí, que había declarado que la pintura era "una fotografía hecha a mano", fue el avalador del estilo hiperrealista internacional que, saliendo de su paleta, no resultó menos inquietante que su prolija indagación anterior sobre el ilimitado y equívoco universo onírico. Pero quien más y quien menos recuerda mejor que sus cuadros su repulsivo bigote engominado, y no falta quien afirme haberlo visto en el Liceo, el lujoso teatro de la ópera de Barcelona, elegantemente ataviado con frac y luciendo en el bolsillo de la pechera, a guisa de vistoso pañuelo, una fláccida tortilla a la francesa.
En su testamento, el controvertido artista legaba gran parte de su patrimonio al Estado español, provocando de ese modo, incluso después de su muerte, acaecida en 1989, tras una larga agonía, nuevas y enconadas polémicas. El novelista Italo Calvino escribió que "nada es más falsificable que el inconsciente"; acaso esta verdad paradójica y antifreudiana sea la gran lección del creador del método paranoico-crítico, de ese maestro del histrionismo y la propaganda, de ese pintor desaforado y perfeccionista, de ese eximio prestidigitador y extravagante ciudadano que fue Salvador Dalí. El chiflado prolífico del Ampurdán, la llanura catalana barrida por el vertiginoso viento del norte que recoge las suaves olas del mar Mediterráneo en una costa tortuosa y arriscada, descubrió el arte de la mixtificación y el simulacro, de la mentira, el disimulo y el disfraz antes incluso de aprender a manejar su lápiz con la exactitud disparatada y estéril de los sueños.
Su longeva existencia, tercamente consagrada a torturar la materia y los lienzos con los frutos más perversos de su feraz imaginación, se mantuvo igualmente fiel a un paisaje deslumbrante de su infancia: Port-Lligat, una bahía abrazada de rocas donde el espíritu se remansa, ora para elevarse hacia los misterios más sublimes, ora para corromperse como las aguas quietas. Místico y narciso, Salvador Dalí, quizás uno de los mayores pintores del siglo XX, convirtió la irresponsabilidad provocativa no en una ética, pero sí en una estética, una lúgubre estética donde lo bello ya no se concibe sin que contenga el inquietante fulgor de lo siniestro. Dalí exhibió de forma provocativa todas las circunstancias íntimas de su vida y su pensamiento.

jueves, 22 de agosto de 2013

El bulto

El bulto es una pelicula mexicana del año 1991 dirigida por Gabriel Retes Mello.
Lauro (Gabriel Retes), un fotógrafo liberal e izquierdista que cubre El Halconazo es golpeado y entra en coma. Despierta después de 20 años, cuando su mujer se ha casado con otro y sus hijos entonces pequeños ya son adultos. Lauro tiene que acostumbrarse a la nueva cultura y ver a sus amigos convertidos en profesionistas y no en los jóvenes liberales que conoció.
El realizador aprovecha la apertura de los medios y del gobierno respecto a hechos pasados que antes eran censurados, en este caso El Halconazo, para hablar de ellos, denunciarlos, y ya no negarlos. Por otro lado, la película retrata la hipocresía de la sociedad mexicana y cómo la gente y sus ideales cambian y son absorbidos por «el sistema».
El bulto es un filme excepcional dentro de la cinematografía mexicana y uno de los más célebres de la década de los noventa. La cinta de Gabriel Retes apareció en las pantallas mexicanas el mismo año que Danzon, de María Novaro, Solo con tu pareja, de Carlos Cuarón, La mujer de Benjamin, de Carlos Carrera y Como agua para chocolate, de Alfonso Arau. El éxito de estas cintas sorprendió a quienes daban por muerto al cine mexicano y contribuyó a renovar el interés hacia las películas hechas en este país.
Aunque el tema central de El bulto posee nexos innegables con el de Rojo amanecer, la semejanza entre ambas cintas es superficial. Mientras que la película de Jorge Fons retrata a la clase media capitalina atrapada en un momento histórico extraordinario, El bulto es un filme-mural sobre los cambios de la identidad mexicana en los últimos treinta años.
A partir de una anécdota muy socorrida por la literatura y el cine -¿qué pasaría si te quedaras dormido y despertaras mucho tiempo después?- Gabriel Retes refleja en El bulto su preocupación sobre la importancia de la conciencia histórica. Esta postura es congruente con su trayectoria artística, en la que abundan los filmes de denuncia social y temas políticos.
En la filmografía de Retes, El bulto posee una conexión directa con Los años duros (1973), su primer largometraje. En esa cinta, el cineasta presentaba la historia de tres muchachos que, tras participar en los sucesos de 1968 en México, se veían en la necesidad de alejarse de la lucha social. Es precisamente en aquellos años, los del sexenio de Luis Echeverría, cuando se queda dormido Lauro, el protagonista de El bulto. Como los personajes de Los años duros, Lauro descubre al despertar que poco o nada queda del país en el que vivió.
Retes atribuye a Lauro las características de muchos idealistas de los setenta que se quedaron "dormidos" viviendo en un México propio. Así, ante la sorpresa de El bulto desfilan los eventos del México contemporáneo: La primera visita del Papa, la Miss Universo, el Nintendo, el terremoto de 1985, el Premio Nobel, la apertura comercial y el Tratado de Libre Comercio.
Al principio es un México insoportable y difícil de creer. Al final, es un México aceptable, abierto y franco. Un México esperanzado en el futuro que puede que haya aprendido algo de los errores de la historia.





jueves, 15 de agosto de 2013

Morrisey a través de Charlie Brown

¿Cuántas frases en las canciones de Morrissey habrán evocado la parte más sensible de nuestro ser? Lo más probable es que demasiadas; quizá las hayamos dedicado algunas o posteado en el status de nuestro Facebook. Pero, qué hubiera pasado si aquellas canciones hubieran sido ilustradas por el legendario Charles M. Schulz, autor de la conocida tira cómica Peanuts, en la que Charlie Brown hacía travesuras con su pandilla.

This Charlie brown es la página en Tumblr de Lauren LoPrete, una diseñadora gráfica que se ha encargado de hacer aquel disparate una realidad. Ahora las letras de los Smiths, que Morrissey escribió, se ven postradas en divertidas viñetas de cómic con los personajes entrañables de Schultz. Checa un poco de esta buenísima idea a continuación:



















miércoles, 14 de agosto de 2013

Plaqueta y ya

Hoy nos sumergimos en la casa de una blogger muy famosa de México Df, su blog plaqueta y ya, ha tenido mucho éxito desde que lo abrió y hasta la fecha (lo cerro en 2012) sigue teniendo visitas.